domingo, 24 de octubre de 2010

Microrrelatos (2)

Miguel Saiz Álvarez
El globo
Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño.

Ana María Shua
En su sueño, el ventrílocuo es muñeco. El muñeco, en cambio, suele sońar con la mujer del ventrílocuo.

Manuel Peyrou
La confesión
En la primavera de 1232, cerca de Aviñón, el caballero Gontran D'Orville mató por la espalda al odiado conde Geoffroy, señor del lugar. Inmediatamente confesó que había vengado una ofensa, pues su mujer lo engañaba con el Conde.Lo sentenciaron a morir decapitado, y diez minutos antes de la ejecución le permitieron recibir a su mujer, en la celda.
-¿Por qué mentiste? -preguntó Giselle D'Orville-. ¿Por qué me llenas de vergüenza?
-Porque soy débil -repuso-. De este modo simplemente me cortarán la cabeza. Si hubiera confesado que lo maté porque era un tirano, primero me torturarían.

Alberto Corujo
La jaula interior
Quería preguntarle a mi mujer qué hacía un hombre desnudo en la bañera. Entonces recordé que ya no estaba casado. Le cosí las muñecas y le pedí que se vistiera, “pero date una ducha antes, o vas a ponerlo todo perdido de sangre”. Asintió. Era un hombre de pocas palabras. Cenamos en silencio. Se fue a las doce en punto, y yo me quedé solo, arrastrando las zapatillas de felpa por los pasillos y recodos de mi laberinto.

Marcial Fernández
La sirena
La vi y me quedé boquiabierto: sin duda era una sirena. Cabellos rojos, rostro de infanta, pechos frondosos y cola de pez. En ese momento sentí que mi sola presencia la aterró, pues se revolvía espantosamente como si quisiera escapar de algo: su torso desnudo y su monstruosa cola emergían y desaparecían a ras de la marea. Su canto, asimismo, se asemejaba más a un lamento que a una entonación melodiosa. La imagen duró apenas unos instantes. Más tarde me enteré que en esa misma playa una mujer fue devorada por un tiburón.