miércoles, 14 de noviembre de 2012

Paleoporno

La idea de que las pequeñas figuras (las Venus paleolíticas) son pornografía prehistórica es una excusa para justificar y legitimar que el comportamiento del hombre moderno tiene raíces antiguas, dice la arqueóloga April Nowell*
¿Qué imágenes y artefactos paleolíticos se han descrito como pornográficos?
Las figuritas de Venus, algunas de ellas con exagerados rasgos anatómicos, y el arte rupestre antiguo, al igual que la imagen de Abri Castanet, que representa supuestamente unos genitales femeninos.
Habiendo estudiado figuritas paleolíticas superiores de cerca, ¿qué encontraste?
Son muy variadas... Algunas son figuras de hombres, otras son mujeres, algunas son humanas y otras son animales o seres fantásticos... Un estudio reciente de mi estudiante de doctorado Allison Tripp y su colega Naomi Schmidt demostró que las formas del cuerpo de las figurillas femeninas de hace 25.000 años corresponden a mujeres en diferentes etapas de la vida y que muestran una gran variedad de formas y tamaños. Todo esto sugiere que hay múltiples interpretaciones.
¿No son otras interpretaciones del arte paleolítico tan especulativos como considerarlo pornográfico?
Sí, pero cuando interpretamos el arte paleolítico más general, se habla de "caza mágica" o "religión" o "magia fertilidad". No creo que estas interpretaciones tienen las mismas consecuencias sociales como la pornografía. Cuando revistas respetadas por ejemplo Nature usan expresiones tales como "Pin-up prehistórica " o "35.000 años de antigüedad de los objetos sexuales", y un museo alemán proclama que una figura es o "la madre tierra o una chica pin-up" (como si no hubiera otros roles para las mujeres en la prehistoria), tienen un peso y autoridad. Esto permite a los periodistas y los investigadores legitimar y naturalizar los valores occidentales contemporáneos y determinados comportamientos mediante la justificación de un modo de ser permanente en el ser humano desde sus orígenes.
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*April Nowell es arqueóloga especializada en el periodo paleolítico y profesora en la Universidad de Victoria, Canadá.  Su libro, escrito con Melanie Chang, La pornografía está en el ojo del espectador: El sexo, la sexualidad y el sexismo en el estudio de las figuras del Paleolítico Superior,  aparecerá el próximo año.










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